Uno de los acusados fue identificado por un testigo
FUENTE AQUÍ☻ (La Calle - Online)
La segunda jornada del juicio oral y público por el asesinato de Flavia Verónica Schiavo se cumplió ayer. Entre los testimonios vertidos por personas citadas para la oportunidad, una mujer de apellido Salvini afirmó que vio a uno de los imputados en la zona de Banco Pelay el día que desapareció la estudiante de literatura. Al ser llamada a una rueda de reconocimiento en su oportunidad, Salvini reconoció a un hombre como el que estaba en la zona del Banco Pelay el día 10 de junio a la tarde: lo describió como alto, delgado, de cabello largo ondulado y oscuro.
Este joven que sería Coronel según los dichos de Salvini, estaba con otros dos hombres y habría vuelto el rostro hacia el auto en el que ella pasaba con su marido e hijos. Dijo además que en el lugar donde estaban los tres hombres, había una moto color celeste fuerte y que en el Pelay vio a otra moto similar, del mismo color, mal estacionada “como que hubiese sido dejada de apuro”. Agregó también que vio a una pareja conversando, estaban algo lejos de ella, aunque dio algunas señas de sus figuras. También vio un auto grande y antiguo que se cruzó con el de ellos en el camino cuando regresaban a la ciudad.
Este testimonio es coincidente en alguna medida con lo dicho por la testigo Arévalo que el lunes por la tarde, manifestó haber visto también al grupo de tres hombres en la zona del Pelay y luego a la pareja en el Pelay. Esta mujer en la declaración que obra en autos, dijo que vioademás el automóvil grande antiguo, con cuatro hombres a bordo con aspecto de “villeros”, cuando llegaban al Pelay estando la pareja allí.
La descripción de ambas testigos en cuanto a la figura voluminosa de la mujer y la delgada del hombre, los cabellos de ella castaños claro hasta los hombros y los de él cortos y oscuros, con entradas, son similares. Por la tarde el marido de Salvini relató también el paseo al Pelay y dijo que vio a tres hombres vestidos de oscuro en la zona, a la pareja y a la moto mal estacionada.
Al contrario de Salvini que dijo no poder afirmar que se trataba de Flavia Schiavo la mujer que estaba conversando con el hombre en el Pelay por cuando su figura era más voluminosa de como la recordaba por haberla conocido de jovencita, la testigo Arévalo afirmó el lunes que la chica que estaba en Banco Pelay esa tarde conversando con el hombre era Flavia Schiavo, que se dio cuenta cuando vio después las fotos de la joven en el informativo del canal local.
Se llevaba bien con todos
Ayer dieron sus testimonios cadetes que trabajaron con la víctima y una compañera de estudios de los últimos años del secundario, quienes dijeron que Flavia era muy sociable, muy dada y compañera con todos. Uno de ellos recordó que en una charla de cadetes Flavia manifestó que no iba a Berlín porque estaba amenazada.
El lunes otra testigo de apellido Ayala recordó que meses antes del asesinato, Flavia había peleado con Marcela Alvarez en el baño de Belín y que Ventos habría estado presente también el boliche. a
Los compañeros de trabajo de Flavia no recordaban haber visto a la joven con marcas de golpes o lastimaduras.
Vio a Flavia en el centro
Una mujer de apellido Debatista afirmó ayer que vio a Flavia en su moto circulando alrededor de las 16 cuando supuestamente ya había desaparecido. Esta testigo relató que estaba esperando para que la atendiese un dentista y que vio a Flavia pasar por la calle con su moto y “doblar por Rivadavia”.
Debatista explicó que estaba segura de que era Flavia, que la reconoció porque trabajaban en negocios cercanos y sabía quien era, aunque no tenían una relación de amistad.
Todo como entonces tras la segunda jornada por el juicio de Flavia Schiavo
FUENTE AQUÍ☻-03442.ComLa segunda jornada del debate por el caso Flavia Schiavo, donde se observó la falta de memoria por el paso de tanto tiempo, se desarrolló este martes sin mayores variantes, escuchándose la declaración de unos 15 testigos, entre los que se destacaron una mujer que dijo haber visto a uno de los acusados en Banco Pelay y otra que manifestó haberse cruzado con Flavia en horas de la tarde de su desaparición.
Durante esta etapa del juicio oral, que como la primera tuvo un importante marco de público presenciando el paso de los testigos, declaró en primera instancia Hortensia Guillermina Correa, esposa del imputado Pedro Scelzi, con quien se casó formalmente hace cinco años. Al ser preguntada por la defensa sobre como era la vida del acusado en esos días, la mujer contó que su relación era muy buena y él iba permanentemente a la casa de su madre –Norma Elena Núñez Cepeda– donde todos los días se formaba una mesa de Bingo Barrial, que se extendía hasta altas horas de la madrugada. En esas fechas, Bachi Scelzi se encargaba de preparar las mesas y cocinar, para luego colaborar con la atención a la gente, que en decenas se concentraban en el domicilio para jugar. Dejando en claro que esta actividad, que su madre había tomado ya como un modo de vida y trabajo, hacía que el acusado estuviera siempre con ellos, fuera del horario de trabajo en la Municipalidad, donde trabajaba en Acción Social.
Iguales relatos tuvieron los testigos Norma Elena Núñez Cepeda (suegra del acusado), Pablo Andrés Correa y Silvia Marianela Correa, ambos cuñados del mismo, que al parecer fueron llevados por la defensa para mostrar que Scelzi estuvo en su casa en esas fechas de la desaparición y muerte de Flavia, llegando a asegurarlo en algunos casos.
Reconocido
El testimonio que más duración tuvo en esta jornada fue sin dudas el de Lidia Salvini de García, conocida de los padres de Flavia Schiavo, con quienes se relacionó por ser amigos de una pareja conocida de esta.
La mujer fue quien declarara oportunamente tras el crimen, que ese día vio a una joven de características similares a Flavia en la zona de Banco Pelay y a un muchacho sobre el camino de acceso, al que reconoció como Martín Coronel.
“Ese día fue con mi esposo, ex policía, e hijos al Pelay para aprender a manejar, algo que hasta hoy en día no logré. Al pasar por el puentecito del camino vi a dos personas en una actitud extraña, lo que me llamó la atención al igual que a mi esposo. Uno se levantó y me miró, al que luego me enteré que era Martín Coronel. Mi esposo no quiso parar porque sospechaba que algo raro estaban haciendo. También vi un ciclomotor azul estacionada en dirección al balneario.
Cuando llegamos al balneario recorrimos con el auto el camino de ida y vuelta. Cuando regresábamos vimos una moto igual a la que estaba en el puentecito y observé a una pareja hablando, con gesticulaciones. Nos bajamos del auto y mi esposo fue con los pescadores que estaban cerca y yo quedé con nuestros hijo, sin acercarme a la pareja para que no piensen que era chusma”. La testigo reconoció que tenía problemas para recordar los pormenores y se le iban cosas de la memoria a raíz de un aneurisma que sufrió hace 8 años, por lo que recordaba cosas parcialmente, destacando que podía confundir días y horarios, recalcando que la joven en Pelay tenía similitud a Flavia. El abogado Rubén Lobatto, preguntó sobre el tema con insistencia, ya que la testigo, si bien reconoce al imputado en ronda de reconocimiento, habría participado de una descripción e identikit, previo, donde lo describía al parecer con diferencias, entre ellas que el sospechoso tenía flequillo, cuando el imputado no se peinaba de esa forma.
Abandona la Sala
Mientras el defensor preguntaba a la testigo insistentemente, se produjo un incidente, que si bien no fue de características violentas, llamó la atención de todos. Repentina mente, entre el público presente, se pudo de pie Luciano Schiavo, hermano de la víctima, quien dolido y molesto con el tipo de interrogatorio, dijo “Cambio de canal, esta novela ya la vi”, y se retiró al hall.
Ya sobre el final del relato de la mujer, señaló y recalcó que quería que se haga justicia ya que como creyente le importa la Justicia de Dios. Todo lo que digo es verdad y que no lo recuerde bien ahora no implica lo contrario, yo ratificaré todo lo que dije antes si me lo van recordando.
Luego pasaron tres testigos que poco o nada aportaron al caso, salvo el de Jorge Antonio Hassan, ex suegro de Martín Coronel, que explicó que en esa época, el acusado trabajaba en una obra en su casa y cuando él se enteró que lo buscaban por el caso Flavia, fue quien lo convenció de que “si no tenés nada que ver entregate”, lo que finalmente así hizo.
Finalizando la mañana declaró Marta Teresa Debatista, una mujer que el 10 de junio de 1999, alrededor de las 16, estaba esperando que el odontólogo Rupali la atendiera en su consultorio de calle 9 de Julio.
“Yo esta en la puerta del consultorio y vi pasar a una chica a la que reconocí porque trabajaba en el quiosco que esta frente a lo que era la Heladería Uruguay, en Galarza y Eva Perón, ya que yo era empleada en ese comercio. Me llamó la atención solo por el hecho que venía manejando la moto con mucha tranquilidad, pero llevaba una mano en el bolsillo, aparentemente por el frío. Les digo que ese me llamó la atención, porque hacía poco yo había sufrido un accidente en moto por ir con la mano de igual modo y me dio miedo que al llegar a la esquina de calle Rivadavia, se le cruzara un auto y no pudiera parar, lo que afortunadamente no pasó”. La mujer se atendió en el médico pero no contó ese momento vivido, ya que era un hecho sin importancia, pero días más tarde se enteró que la joven de la moto, Flavia Schiavo, había sido asesinada. Cuando la testigo regresó a otra atención del odontólogo, le comentó que ella había visto a Flavia esa tarde, lo que les pareció importante para aportar a la investigación, por lo que declaró. Finalizada la declaración de Debatista, el Tribunal consideró importante aceptar el pedido de la defensa de Alejandro Díaz, ya que la doctora Herrero pidió se cite al médico para confirmar lo atestiguado, lo que fu aceptado. Este testimonio, según se podo observar, fue considerado por las defensas, muy importante para demostrar que Flavia no fue “sacada” del banco, ni privada de su libertad.
Contradicciones
La segunda parte de esta jornada del debate pasó sin mayores novedades, salvo la declaración de Oscar Alberto García, esposo de la testigo Lidia Salvini, ya que el mismo tuvo alguna contradicción mínima comparación a lo declarado por su esposa. En total fueron llamados 8 testigos de los que declararon seis, al tiempo que la querella desistió de otros tantos testigos de parte, por lo que se estaba trabajando en la reprogramación de las futuras jornadas, llamando la atención que los abogados de la familia no formularan preguntas en muchos casos o muy pocas en otros.
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