jueves, 29 de septiembre de 2011

Juicio oral y público por el atroz asesinato de Flavia Verónica Schiavo

Juicio oral y público por el atroz asesinato de Flavia Verónica Schiavo, ocurrido entre el 10 de julio de 1999. La privación ilegítima de la libertad, el homicidio agravado por el concurso de dos o más personas y la apropiación de la moto son las imputaciones a los siete acusados
Pedro Bachi Scelzi - Julio Figueroa - Oscar Nene Ventos - Juan Martínez (o Villa) - Martín Coronel - Alejandro Díaz - Marcela Álvarez.


Tercera jornada del juicio por el crimen de Flavia Schiavo

VER FUENTE AQUÍ☻-03442.Com (Pablo Bianchi)

La tercera jornada del juicio por el crimen de Flavia Schiavo, comenzó con la intención de que declararan seis testigos en la mañana, pero esto se vio modificado sensiblemente, cuando los dos primeros demandaron una andanada de preguntas por parte de Fiscalía, Defensas y Querella, a los que se sumó la intervención de los integrantes del Tribunal, que cada vez más complicado el panorama. Los dos primeros testigos fueron nada menos que Aida Hernández, madre de quien fuera el menor arrepentido y que en la primera jornada dijo haber sido presionado por su tío para mentir, y Luis Daniel “la pava” Sánchez, tío del menor y el investigador que llevó al mismo ante la Justicia.

Tras la jura de los testigos, Aida Hernández se sentó ante los vocales y dejó perplejos a todos al decir que se negaba a declarar, lo que obligó al presidente del Tribunal a señalarle que no estaba en condiciones de negarse y que era su obligación.

La mujer destacó que no recordaba por el paso del tiempo haber tenido conocimiento directo del hecho que le costara la vida a la joven Flavia, pero se le recordó que en sede de instrucción, ella declaró que su hijo le contó haber visto a Julio (Figueroa), haber hecho señas de haber tirado un tiro hacia abajo y decir que se cayó de rodillas. Pese a esto la mujer insistió en no recordar. Tras leerse lo declarado que consta en foja 1935 y reconocer su firma, la testigo, dijo “lo habré dicho”.

Hernández explicó con visible timidez y muy baja voz, que en esa época, su hijo se había iodo de su casa a vivir con “pava” Sánchez, luego de pelearse con ella y reconoció que en esa oportunidad escuchó que le dijera sobre la presencia de un auto bordó con varios ocupantes armados que llevaron a la joven.

Consultada sobre la señora Sara Bodeman, una vecina de su barrio y la realización de ritos Umbanda, dijo nuevamente no recordar. También destacó que su hijo tenía miedo y que ella le creyó.

Ante sus constantes “no se, no me acuerdo”, la mujer fue advertida por la doctora Marcela Badano sobre el delito de falso testimonio, tras lo cual la mujer contó que tiempo atrás su hijo le dijo que todo lo declarado en esa oportunidad era mentira, lo que le volvió a decir antes de ir a declarar en esta nueva oportunidad. Durante el interrogatorio, Aída Hernández dijo no conocer a los imputados, pero luego por sus dichos, quedó demostrado que conocía a Figueroa. La forma de declarar de la testigo y sus constantes dudas, hicieron que la Fiscalía solicitara su permanencia en Tribunales para analizar más tarde la posibilidad de que incurriera en un falso testimonio.

La Pava Sánchez: El segundo testigo en declarar fue el tan mencionado investigador que en su momento pusiere en el caso el doctor Gregorio Garro y que trajera a escena al testigo arrepentido que el lunes dijera ante el Tribunal que había sido inducido y obligado a declarar contra los imputados, generando un vuelco importante en el caso.

Luis Daniel Sánchez, es un ex policía que trabaja de investigador y en esa oportunidad estuvo realizando numerosas averiguaciones en torno al caso, junto a otro ex policía y un comisario en actividad. La importancia de la declaración de Sánchez se debe a que el testigo Hugo Hernández lo acusó de haberlo obligado a decir los que dijo en esa oportunidad.

El testigo dijo que fue buscado en ese momento por el comisario Omar Pérez para trabajar en el caso y colaborar junto al agente Carlos Britos, en la investigación.

Sánchez, haciendo alarde de su capacidad en el tema inteligencia para el cual dijo estar capacitado, señaló que ellos solo comenzaron a recorrer barrios de la ciudad y así llegaron a Los Cachetudos, donde los rumores indicaban que algo podía surgir, ya que “escuchando” a la gente recabó datos que llevaron a su propio sobrino.

El sobrino: “Pérez venía de parte del señor Garro y de la doctora Calveyra y como me dijeron que ella iba a estar al tanto de todo, me interesó. Trabajando llegamos a mi sobrino con el cual teníamos una relación normal, pero no muy fluida. EL chico se había ido de la casa y comenzamos a buscarlo, cuando lo vimos en calle 9 de Julio y le dijimos que si sabía algo que fuera con la jueza, pero temía que lo mataran. Fue a mi casa y fuimos a lo de Garro. A cuenta gotas nos fue diciendo todo y al ir a lo de Garro le interesó y lo llevó a la jueza. Cuando a mi me hablaron Garro y la doctora Calveyra estaban al tanto de nuestro trabajo. Mi sobrino dio nombres como el de Bachi Scelzi y Julio Figueroa”, señaló.

Sánchez dijo además que tuvo en su casa a Hernández y su familia para evitar represalias y que al chico lo acompañaban a lo del abogado donde contaba lo que recordaba y luego iban a la jueza. Las contradicciones o inseguridades del testigo no dejaban claro que si ellos presenciaban lo que el menor decía, destacándose varias contradicciones en sus dichos, que se acentuaban cuando las partes repreguntaban. Fue así que el doctor Lobatto lo puso en aprieto con algunas preguntas específicas sobre lo que era el trabajo de inteligencia y el trabajo de campo que realiza la Policía, lo que Sánchez no supo responder. También dio a entender que ellos presenciaron las entrevistas de Hernández y volvió a insistir en que la jueza estaba en conocimiento. Esto dejó ver la reacción de la misma magistrada que estaba entre el público, que sorprendida no entendía al parecer lo que este testigo decía, dejando entrever que este entraba en declaraciones un tanto extrañas.

El investigador dijo que le quisieron secuestrar el hijo y cuestionó al subjefe policial Carlos Seves, que restó importancia al hecho diciendo “Ellos estaban en el poder”.

Sánchez dijo además haber recibido durante un tiempo varias amenazas, incluyendo venidas de familiares de algunos de de los imputados. También destacó que intervino en el caso porque consideró creíble lo que dijo su sobrino, indicando que en su casa no se hablaba del caso porque se evitaba.

La falta de convicción en sus dichos y las dudas observadas, llevaron a repreguntar insistentemente, intentando saber el por qué se pasaba primero por el doctor Garro y no se iba directamente al juez, no quedando en claro cómo el menor iba recordando “a cuenta gotas”, como decía el testigo. Sánchez dejó entre ver además que su sobrino podía ser fantasioso y esa duda la tuvo presente, además por su condición de menor, lo que se surgió tras los resultados del primer juicio. “Nos pareció sospechoso que mi sobrino se hubiera ido de la casa y por eso fuimos por él. Yo le creí porque nombró a Figueroa y la gente decía que este tenía que ver en el caso. La doctora Calveyra esta a al tanto de todo lo que hacíamos. Hicimos esto para ayudar a la familia y para que este caso quede impune”, señaló.


Testigos del caso Schiavo manifestaron tener miedo

VER FUENTE AQUÍ☻- La Calle-Online

Ayer en el debate por el nuevo juicio del caso Schiavo, se ventiló una amenaza y se realizó un careo entre dos parientes políticos. Lidia Hernández, madre de Hugo Fabián Hernández, el joven que días pasados aseguró que había sido inducido a mentir por un tío político, intentó negarse a declarar pero advertida, fue recordando algunas instancias de su declaración anterior. Dijo también que en algún momento durante estos años, su hijo le había dicho que había mentido en el juicio anterior.

El careo entre Lidia Hernández y luis Daniel Sánchez.

Ayer en el debate por el nuevo juicio del caso Schiavo, se ventiló una amenaza y se realizó un careo entre dos parientes políticos. Lidia Hernández, madre de Hugo Fabián Hernández el joven que días pasados aseguró que había sido inducido a mentir por un tío político, intentó negarse a declarar pero advertida, fue recordando algunas instancias de su declaración anterior. Dijo también que en algún momento durante estos años, su hijo le había dicho que había mentido en el juicio anterior. Le preguntaron si tenía miedo y aseguró que sí, pero no manifestó de quién o de qué. Luego declaró su cuñado, el policía retirado Luis Daniel Sánchez, conocido por el mote de “la Pava”.

Sánchez dijo que tomó contacto con el caso Schiavo por pedido del entonces subcomisario Omar Pérez y de otro policía, Carlos Britos, quienes conocían su profesión de investigador aún cuando ya estaba retirado de la policía. Dijo que realizaron escuchas entre gente de distintos barrios y allí se enteró de que Hugo Fabián Hernández, su sobrino político, sabía algo del caso. Agregó que el joven les iba contando de a poco lo que sabía y que ellos lo llevaron al estudio de un abogado y luego a hablar con la jueza María Cristina Calveyra. Sánchez fue careado con Lidia Hernández, por puntos de contradicción entre las declaraciones de ambos. El dijo que la mujer le había mencionado que su hijo sabía algo del caso, mientras que ella manifestó al tribunal que La Pava había ido a decirle a ella “tu hijo anda metido en algo”.
Otro punto fue si el chico se había ido de su casa por miedo a lo que sabía como afirmaba Sánchez, mientras que la mujer aseguraba que se había ido antes y por otros motivos. En un cuarto intermedio un hombre se acerco a uno de los abogados y le dijo que sabía de una amenaza. Resultó ser el concubino de Lidia Hernández por lo que la mujer fue llamada otra vez a declarar y entonces manifestó que su hijo le había dicho que Sánchez lo había amenazado con un arma para que mintiese.

Declaran las hermanas Ayala

Por la tarde declaró la ex pareja de Oscar Ventos, Soledad Ayala, quien dijo no recordar lo que había ocurrido por el paso del tiempo, pero al ser advertida de que estaba bajo juramento, recordó que Ventos le había dicho que él le había dado el mazazo a flavia. Dijo que lo había denunciado en el juzgado ante la doctora Calveyra y que cuando volvía a su casa, había sido interceptada por Ventos quien la hizo subir a un auto y la llevó a lo de un abogado, y que el profesional la acompañó a cambiar su declaración, coincidiendo con lo dicho el lunes por su hermano Jorge Eduardo Ayala.
Luego fue el turno de su hermana Leticia Ayala, quien recordó el miedo que le tenía su hermana a Ventos y que le había comentado los dichos de su novio acerca de la muerte de Flavia. Leticia agregó que unos días antes del comienzo de este nuevo juicio Ventos fue a la casa de su hermana Soledad, pero que esta no lo había atendido y aseguró que la chica “está muerta de miedo por lo que pudiera pasarle a sus tres hijos chicos”. Ante esto Soledad Ayala fue llamada a la sala y confirmó que Ventos había ido a su casa unos domingos atrás, pero que no le había dicho nada porque ella no lo había atendido.

Compañeros de Flavia

Hubo otros testimonios, principalmente de compañeros de Flavia y de la dueña de la Mensajería donde trabajaba la chica. Dos de los defensores mostraron interés en dos cadetes conocidos como Toto y Axel y pidieron que se les exhibieran a Uriel Orcellet indentikits, para ver si eran ellos.

Careo: Ente los dichos de Sánchez durante su testimonio, que llevaron a despertar dudas en el Tribunal y las partes, el presidente dispuso un careo entre la madre de Hugo Hernández y el investigador. Sentados frente a frente ambos se mantuvieron en sus dichos, observándose una diferente actitud de mayor firmeza por parte de Aida Hernández, que al contrario del momento de declarar, se opuso con firmeza a lo que el ex policía decía, negando rotundamente que su hijo se fuera de su casa por temor a venganzas, ya que se fue por una pelea familiar que ambos mantuvieron, también dijo que jamás su hijo le mencionó algo del caso, ni nombró a Figueroa.

Tras el careo, la mujer volvió a declarar ampliando lo dicho en un primer momento, señalando que su hijo le contó que La Pava lo amenazaba con un arma de fuego apuntándole a la cabeza para que él aprendiera lo que tenía que declarar.

Tras su declaración, la mujer quedó desocupada, pero Sánchez permaneció hasta la finalización de la jornada, ya que la Fiscalía esperaba pedir se inicie una causa por falso testimonio, lo que no ocurrió y se esperará por disposición del Tribunal, la finalización del juicio para decidir.

Durante la tarde declararon varios testigos que no aportaron mayores datos de utilidad a la causa, disponiéndose la citación del funcionario policial Omar Pérez para declarar en las próximas horas, pasándose a un cuarto intermedio hasta este jueves a las 8.30.

Uno de los testimonios más llamativos fue el de Soledad Beatriz Ayala (ex pareja de Ventos), que en su anterior declaración había asegurado que Ventos le había manifestado que fue él quien le pegó un tiro y un mazazo a Flavia, asegurando que Marcela Álvarez fue quien sacó a Flavia del interior del banco el día en que desapareció.

La testigo dijo que la confesión fue en medio de una fuerte discusión entre ambos, ocasión en la que Ventos la había golpeado al enterarse de un embarazo que finalmente perdió.

“Te voy a matar como la maté a Flavia. Anda y denúnciame, es tu palabra contra la mía”, le habría dicho Ventos a Soledad.

Durante la declaración, los vocales y el fiscal debieron llamar varias veces la atención de Ayala, dado que esta sostenía constantemente no recordar nada de lo que había declarado, en la instrucción y señaló que en esa oportunidad cambió lo declarado, ya que al salir del juzgado fue interceptada por Ventos, que bajo amenazas la llevó a cambiar la declaración que lo comprometía. En este marco la testigo aseguró tener miedo, por ella y por sus hijos

Lidia Hernández confirma que su hijo fue amenazado- DIARIO LACALLE

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