Por errores procedimentales el homicidio de un vecino de San José quedó impune
El único detenido fue absuelto por el beneficio de la duda y la sentencia fue confirmada por el Superior Tribunal de Justicia. El crimen ocurrió en 2002 en Ubajay y ahora no hay responsables.
Pablo Bianchi / De la Redacción de UNO
pbianchi@unoentrerios.com.ar
El Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos no admitió el recurso de Casación por un fallo absolutorio a un homicida y confirmó la sentencia dispuesta oportunamente por la Cámara de Concepción del Uruguay. Errores en los pasos procedimentales previos al debate habrían llevado a este fallo, que causó profundo dolor en la familia de la víctima.
No sólo hay que tener el convencimiento de que quien está acusado de algún delito sea el verdadero culpable para ser condenado, sino que para aplicarle una pena hay que tener elementos contundentes que así lo prueben. Sólo de esta manera se puede tener la certeza necesaria para una condena, sin llevar a un inocente a la privación de su libertad. Esto es lo que pasó a mediados de mayo, cuando la Cámara Penal de Concepción del Uruguay dejó en libertad por falta de mérito a Carmelo López Martínez, de 41 años, acusado de dar muerte a puñaladas a Celso Horacio Sigot, vecino de San José, en complicidad con Antonio Gómez Urbine Olivera, hecho ocurrido entre el 11 y el 14 de febrero de 2002, cerca de la localidad de Ubajay.
Tras el crimen de Sigot, la Policía logró la detención de Antonio Gómez Urbine Olivera, pero la búsqueda de su cómplice Carmelo López Martínez duró años, ya que se había escapado al Paraguay. Durante este lapso el único detenido esperaba el juicio, pero en marzo de 2009 fue protagonista de un grave incidente, cuando tomó de rehén a un guardia de la Unidad Penal Nº 4, donde estaba alojado. Luego de este incidente, Urbine fue llevado a la Jefatura policial de Villaguay, donde se suicidó. A este suceso se sumó la muerte por enfermedad de la pareja de Urbine, que era la última persona que sabía lo ocurrido y era un testigo vital para llevar a una condena a Martínez.
Todo se complicó seriamente para los familiares de Sigot, que sólo vieron una luz de esperanza al encontrar al prófugo en el Paraguay, donde fueron junto a un abogado que los representaba.
Lamentablemente en ese viaje se cometieron varios errores durante lo actuado, ya que el letrado no habría tomado los recaudos necesarios para tener testimonios válidos para confirmar lo que Martínez contó al ser encontrado, nada menos que todo lo que pasó el día del crimen.
Así se llegó al juicio en mayo de este año, sólo con dichos que no tenían sustento legal, por lo que la Cámara debió absolver al acusado por la falta de mérito, lo que ofuscó a la familia.
No hicieron lugar
El recurso de casación fue presentado por el doctor Pablo Seró en representación de la familia Sigot, pero el 11 de agosto, desde la Sala de Procedimientos Constitucionales y Penal del Superior Tribunal de Justicia, se envió el oficio remitiendo las actuaciones y no haciendo lugar al recurso de casación, donde se solicitaba la reapertura del debate, ofreciendo nuevas pruebas, considerándose que este fue presentado fuera de termino, destacando que las pruebas deben presentarse antes del dictado de sentencia definitiva.
La Justicia
Sin lugar a dudas, la Justicia es una sola, pero para entenderla es necesario actuar fríamente y no dependiendo de la vereda en la cual uno está parado. El hecho de que Carmelo López Martínez quedara absuelto por la falta de mérito, fue indudablemente un acto de Justicia que garantiza a todos que nadie será condenado sin pruebas valederas, a lo que se llega tras una serie de malos procedimientos o errores previos al juicio. Por otra parte, desde óptica de la familia de la víctima, que padece la pérdida de un ser querido, la Justicia no llegó y seguramente la embarga el dolor y la impotencia.
Casación rechazada
La familia de la víctima recurrió al Superior, donde se solicitaba la reapertura del debate, ofreciendo nuevas pruebas, pero desde la Sala Penal se consideró que este fue presentado fuera de término por entender que tales elementos debían haberse entregado antes del dictado de sentencia definitiva.
El hecho de que Carmelo López Martínez quedara absuelto por la falta de mérito fue un acto de Justicia que garantiza a todos que nadie será condenado sin pruebas valederas, a lo que se llega tras una serie de malos procedimientos o errores previos al juicio. Pero además, es claro que la justicia no llegó y el dolor y la impotencia quedaron en la familia de la víctima.
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