lunes, 4 de abril de 2011

"Un mensaje para todos los argentinos


"Un mensaje para todos los argentinos

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La creencia general fue que Menem nos robó. Se decía que De la Rúa era
un inútil que no servía, que Duhalde era un mafioso, que con Kirchner
volvieron los Montoneros y que ahora Cristina no sirve para nada, por
eso estoy empezando a sospechar que el problema no está en Menem,
De la Rúa, Duhalde, Kirchner o Cristina. El problema está en nosotros.
Sí, nosotros como pueblo. Nosotros como materia prima de un país.
Porque pertenezco a un país donde la viveza criolla es una moneda
que siempre es valorada, tanto o más que un dólar. Un país donde
hacerse rico de la noche a la mañana es una virtud más apreciada
que formar una familia a largo plazo basada en valores y respeto por
los demás. Pertenezco a un país donde, lamentablemente, los periódicos
jamás se podrán vender como se venden en otros países, en máquinas
donde uno paga por un solo ejemplar y saca un solo periódico dejando
los demás en donde están.


Pertenezco a un país donde los delincuentes tienen más derechos que
las víctimas, donde la justicia deja en libertad a los violadores.
Pertenezco a un país donde la gente festeja si consigue robarse la
señal de televisión por cable. Un país donde la gente hace todo lo
posible por no pagar o pagar menos impuestos. Pertenezco a un país
donde la impunidad es un hábito, en donde no hay interés por la ecología,
en donde las personas tiran la basura en las calles y luego le reclaman al
gobierno por la falta de limpieza pública. Un país en donde no existe la
cultura por la lectura, no hay conciencia ni memoria de la política, no
hay interés por la economía porque solamente les interesa la pelea entre
Maradona y Riquelme. Pertenezco a un país donde las licencias de conducir,
los certificados médicos e incluso hasta la ciudadanía argentina puede
comprarse sin hacer ningún tipo de examen. Pertenezco a un país donde
puede subir un anciano o una mujer con un niño en brazos y la persona que
viene sentada en el asiento especial para estas personas simula estar
durmiendo para no dárselo y si alguien le reclama se levanta para golpearla.
Un país donde el derecho de paso es para los automóviles y no para el
peatón. Un país en donde la gente está llena de faltas pero que disfruta
criticando a sus gobernantes o a sus políticos. Mientras más le digo ladrón
a Menem, inútil a De la Rúa, mafioso a Duhalde, montonero a Kirchner e
inoperante a Cristina mejor soy yo como persona, a pesar de que ayer
compré discos y ropa trucha. Mejor soy yo como argentino a pesar de que
esta mañana estafé a un cliente o perjudiqué a mis empleados al no pagarle
las horas extras trabajadas.


Basta, por favor basta. Como materia prima de un país tenemos muchas cosas
buenas pero nos falta mucho para ser los hombres y mujeres que nuestro
país necesita porque esos defectos, esa viveza congénita, esa deshonestidad,
esa falta de calidad humana es lo que nos tiene real y francamente engañados
a los argentinos. Lo siento mucho porque aunque pase este gobierno el próximo
deberá seguir trabajando con la misma materia prima defectuosa. Tenemos que
radicar primero los vicios que tenemos como pueblo y después empezar a cambiar
nosotros mismos como argentinos. Por eso es que nadie servirá. Ni sirvió Menem,
ni sirvió De la Rúa, ni sirvió Duhalde, ni Kirchner ni tampoco va a servir Cristina
¿Qué necesitamos. Que vuelva la dictadura militar para que nos haga cumplir la
ley con la fuerza por medio del terror y del miedo? Aquí hace falta otra cosa.
Algo más inteligente que cacerolazos, paros o piqueteros que corten nuestras
calles o rutas. Necesitamos que todo esto cambie o seguiremos igualmente
condenados, igualmente estancados. Y no importa para donde te vayas. Así
viajes a Europa, a Estados Unidos o a China siempre llevará a la Argentina
adentro tuyo. Si no modificas tu forma de pensar, estés donde estés seguiremos
corridos. Porque es muy sabroso ser argentinos y vivir como vivimos, pero cuando
esa argentinidad autóctona empieza a hacerle daño a nuestra posibilidad de
desarrollo como nación, ahí la cosa cambia.


Después de este mensaje, francamente pienso buscar al responsable.
No para castigarlo sino para exigirle. Sí, exigirle que mejore su comportamiento.
He decidido buscar al responsable de que Argentina esté mal y estoy seguro de
que lo voy a encontrar esta noche cuando me vea en el espejo. Ahí estará, no
necesito buscarlo en otro lado. Y le voy a exigir, le voy a suplicar, si es necesario,
que me ayude a hacer una Argentina mejor. Gracias."

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